Corría y corría y quiso llorar. “Miedo tengo miedo”, gemía sin sus pies parar. Un ajado trozo de papel cayó de su bolsillo, “VIH. Positivo.”, se dilucidó a la luz de un abeto hendido.
Hizo el amor con su amor. Su primera vez. Tenía que ser inolvidable…y lo fue para siempre. Quiso dar marcha atrás, volver al cuento de “nunca jamás”. Era tarde. El reloj de arena no frena, aquella fue su condena.
Tras sus lágrimas, las de sus padres. Destrozados consolándola, sin tener nadie que les consolara.
Por Edgar Kerouac.
miércoles, 27 de noviembre de 2013
Yo quiero
Quién quiere un amigo cuando vas a morir. Quién quiere una madre sufriendo hasta el último segundo por ti. Quién quiere el amor, si no dejas de estar triste y la Parca te embiste con su afilada guadaña, haciéndote conocedor que a ese amor le queda un anuncio. Quién quiere esperanza cuando el que se va eres tú.
Pues yo quiero todo eso. Quiero un amigo que llore por mí; una madre que se aferre a mí; un amor que me dé vida; y la esperanza suficiente para burlarme del Sida.
Por Edgar Kerouac.
viernes, 15 de noviembre de 2013
Jaula
Tras
la puerta mil puertas. Una ventana, única ventana, madera de
alcornoque su papá, la posibilidad de ver lo que hay más allá, su
mamá. 
Tú
eres ese pájaro, EL pájaro. Jaula y portezuela abierta y no
saldrás. Tu libertad está dentro de ese recinto, no conoces nada
fuera de él. El desconocimiento es un monstruo feroz. Miedo a caer,
miedo a tener que levantarnos, miedo a mirar atrás y, sobre todo,
delante. Miedo a que el presente se escape. Miedo a que las agujas
del reloj cojan velocidad y voraces devoren tu piel, destrocen unos
recuerdos aun sin fabricar. Miedo a ser consciente -tras la faz
girar- que sigues en la jaula, que el aire de ese lugar se está
apunto de agotar -gota a gota-, y, aun con todo, viendo la puerta
abierta, tus pies siguen reacios a poderla atravesar.     
Te
enseñaron a no sufrir huyendo. Aprende a sufrir sufriendo. No hay
mayor error que ser desconocedor de tu propio dolor. Canta el dolor
hacia el cielo y píntalo de estrellas, píntate de estrella, como el
mar hace con la luna, como el camaleón con la natura. No intentes
darte la espalda, tu interior es un espejo reflejado en otro espejo.
Intentar obviarse a uno mismo es como robarse, eres al mismo tiempo
víctima, ladrón y policía, sin ningún tipo de escapatoria.   
En tu
jaula una cama, comida, la seguridad de tus barrotes y una mente
limitada, nada más, quizás menos. Fuera está el saber, el saber es
conocimiento y el conocimiento es desconocimiento, y no miento si
digo que volvemos al principio y tendrás miedo. El círculo perfecto
que debes aprehender a romper, porque si tu vida es una pescadilla
que se muerde la cola -ola tras ola-, mírate en el reflejo de las
fuentes de los parques -donde palomas se sienten tan grandes-, y
pregúntate ¿dónde se esconden los callejones que me pierdo?¿por
qué siempre el mismo final?¿por qué el mismo trayecto?.
Deja
de usar las patas pájaro, recuerda aquello que supiste una vez, que
tras tu espalda tienes alas, tus verdaderos pies. Bate ese corazón
como si tu vida te fuese en ello, porque aunque no lo sepas así es.
La clave es que el mundo no se vive del derecho, se vive del revés.
Primero debes comprender la muerte, sin su existencia la vida sería
inerte. Una vez la muerte te revele la vida, alza esa barbilla,
repleta de lágrimas esculpidas. Preparado para la vida aceptarás la
muerte, el final, tal vez, el principio, de una senda ascendente. 
Escribo
esto desde mi jaula. Tras las tablillas de sándalo que cubren mi
ventana, mi única ventana. Sin embargo, la ventana está tan cerca
que huele a lejos. Una puerta y mil puertas, esperándome después.
La llave en mi bolsillo. Hora de abrir el candado de una -y para
siempre- vez.
Por discípulo de Maestro Sho-Hai. 
Haikus
“Árbol que vive en mí”
Un sándalo 
habita en mi interior.
Perfuma el exterior.
“Cacareo”
No por mucho
cacarear amanece 
más temprano.
“Canibalismo”
Heterótrofo 
envidia autótrofo. Por
eso se lo come.
“Hermetismo”
Alma hermética,
suicidio más que
asegurado.
“Valentía”
El heroísmo se 
oculta tras una lágrima que 
lucha por salir.
“Valentía II”
Heroísmo,
ocúltate tras una lágrima.
Lucha por salir. 
“Respeto”
Si disputas
con una puta, llámala
señora.
“Hay que decirlo más”
Humano, por
inventar la vergüenza, murieron
los
“te quiero”.
“Libertad”
Revoca aquella 
boca que invoca tu no
revoloteo.
“Boga”
Aquél que ose 
bogar por estar en boga. Sin
duda, naufragará.
“Prisma”
Un mar sin luna,
triste. Un camino sin huellas,
trágico...o mágico. 
“Lluvia”
Tupido velo.
Cielo triste, que llora y llora.
El caracol aflora. 
“Velatorio”
Murió un diccionario.
Lo incineraron y sus palabras,
cual mariposas, volaron.
Por discípulo de Maestro Sho-Hai. 
sábado, 9 de noviembre de 2013
Volvamos a hablar de reduccionismo
Sol: fuente agotable de felicidad.
Agua: cáliz de vida.
Dinero: materia de corrupción humana.
Oro: elemento químico superconductor de la electricidad.
Vida: némesis de la muerte.
Tiempo: el verdadero oro.
Cielo: anhelo humano.
Mar: paz; calma y tempestad.
Belleza: tú.
Silencio: belleza del sonido.
Nostalgia: ancla del barco de los sentimientos.
Música: fricción de alegría que entra por el conducto auditivo para desembocar en el alma.
Luz: efecto primacía y recencia de la vida.
Oscuridad: zona por donde has de aprender a caminar pero nunca adentrarte.
Infancia: sonrisa pura.
Vejez (no me gusta esta palabra y la cambio por “Arruga”): marcas de experiencia.
Arte: todo y nada, tú y yo, mierda y brillantez.
Jaula: vida moderna.
Nube: cama utópica.
Dios: faro que algunos esgrimen como guía.
Muerte: ente que dota de sentido a la vida.
Pintura: representación gráfica de los sentimientos.
Poesía: mi tarea pendiente.
Baile: melodía conjunta de cuerpo y alma (por Wiercimowski).
Lágrima: erupción de sentimientos.
Palabra: elemento creador de vida.
Ropa: mecanismo etiquetador.
Naturaleza: creadora ingenua y permisiva.
Felicidad: alcanzable sólo a momentos.
Soledad: lugar de inspiración y desesperación.
Locura: erección incontrolable de la mente.
Tristeza: oscuridad del interior. (Véase oscuridad).
Lluvia: micción divina que abona la tierra.
Ángel: eunuco reprimido que se niega a aceptar la muerte.
Libro: elemento creador de pequeños submundos.
Mundo: puerta en la que uno mismo posee el único juego de llaves.
Gigante: iluso, persona que cree que está más cera de tocar el cielo.
Estrella: puntero láser divino.
Luna: hermana triste del sol.
Padre: colonizador.
Madre: centro de gravedad, sol en el heliocentrismo.
Amor: lo que más me cuesta reducir porque todo se reduce a eso.
Agua: cáliz de vida.
Dinero: materia de corrupción humana.
Oro: elemento químico superconductor de la electricidad.
Vida: némesis de la muerte.
Tiempo: el verdadero oro.
Cielo: anhelo humano.
Mar: paz; calma y tempestad.
Belleza: tú.
Silencio: belleza del sonido.
Nostalgia: ancla del barco de los sentimientos.
Música: fricción de alegría que entra por el conducto auditivo para desembocar en el alma.
Luz: efecto primacía y recencia de la vida.
Oscuridad: zona por donde has de aprender a caminar pero nunca adentrarte.
Infancia: sonrisa pura.
Vejez (no me gusta esta palabra y la cambio por “Arruga”): marcas de experiencia.
Arte: todo y nada, tú y yo, mierda y brillantez.
Jaula: vida moderna.
Nube: cama utópica.
Dios: faro que algunos esgrimen como guía.
Muerte: ente que dota de sentido a la vida.
Pintura: representación gráfica de los sentimientos.
Poesía: mi tarea pendiente.
Baile: melodía conjunta de cuerpo y alma (por Wiercimowski).
Lágrima: erupción de sentimientos.
Palabra: elemento creador de vida.
Ropa: mecanismo etiquetador.
Naturaleza: creadora ingenua y permisiva.
Felicidad: alcanzable sólo a momentos.
Soledad: lugar de inspiración y desesperación.
Locura: erección incontrolable de la mente.
Tristeza: oscuridad del interior. (Véase oscuridad).
Lluvia: micción divina que abona la tierra.
Ángel: eunuco reprimido que se niega a aceptar la muerte.
Libro: elemento creador de pequeños submundos.
Mundo: puerta en la que uno mismo posee el único juego de llaves.
Gigante: iluso, persona que cree que está más cera de tocar el cielo.
Estrella: puntero láser divino.
Luna: hermana triste del sol.
Padre: colonizador.
Madre: centro de gravedad, sol en el heliocentrismo.
Amor: lo que más me cuesta reducir porque todo se reduce a eso.
Por Barbowski
jueves, 7 de noviembre de 2013
Ventana entreabierta que da a tu patio de luces
Cuántos pasos se necesita dar
para comprender la vida…cuántas lágrimas deben lanzarse desde el tejado al
vacío…cuántas hojas en otoño, circularán por mar y montaña sin ser recordadas…cuántos
balcones verán, mientras la Luna está llena, la desesperación del desamor, en
los ojos de un miembro de la pareja, mientras el otro aún sigue acunado en los
brazos de cupido.
¿Es acaso el enamorado que todo
lo ha perdido, un alma errante que no tiene consuelo? 
Cuántos litros de vino se
necesitan para olvidar una cara…cuántas noches sin poder conciliar el sueño,
deben pasar para que ella no te atormente en tus mejores sueños…en aquellos en
los que no quieres despertar, porque la vigilia guillotina tu corazón. Cuántos
puentes han sido testigos de esos amantes, que sin poder superar aquellas
miradas vacías, llenas de nada, se han lanzado hacia el infinito, sabiendo que
aquél sería su último gran salto.
Y, si aun olvidando el recuerdo
que martillea tu futuro, ya estás herido de muerte…y si las piedras que antes
podías saltar a la pata coja, ahora necesitas cuerda, mosquetones, casco y unas
energías que ya no tienes… y si al mirar al espejo te das cuenta que ya no hay
espejo, que nunca tuviste reflejo, que ni siquiera eres nadie, sólo huesos
presos en carne flácida, que vagabundean sentados de copilotos en el vehículo
del viento, tal vez sea el momento de que agarres esa pistola. Esa que tu
abuelo guardaba bajo llave, porque siempre se arrepintió de las balas que
salieron del cañón, y que él lanzó apretando el gatillo hacia otros
corazones. Tal vez sea el momento de que
la palpes, sientas su peso bajo tus manos, te des cuenta del poder que tienes,
para después averiguar que no quedan balas ni siquiera en la recámara. Porque
no puedes huir de tu corazón, no puedes silenciar aquello que anhelas más que
nada, la única salida es que no hay salida y ahora por fin te das cuenta…
Y te das cuenta… y disfrutas
siendo consciente de ello, porque al igual que tu abuelo, nunca disparaste a ningún
corazón que no fuese el tuyo. Siempre intentaste devolver el daño que te
hicieron, ser ese espejo que ya no cuelga de la pared, pero nunca lo hiciste,
no pudiste y ahora sabes que, verdaderamente, nunca lo necesitaste. Porque al fin te diste cuenta de que la única
persona que puede dañarte eres tú mismo. Ni ella, ni nadie más. Y al igual que
sólo tú puedes golpear tu alma herida como si de un saco de boxeo se tratase,
también eres tú quien puede rellenar de nuevo ese saco, dispuesto a recibir más
golpes. Pero en el fondo, dentro de ti, sabes que en toda esa arena que has
rellenado en el saco de tu alma, siempre hay espacio para un grano de
esperanza, porque la vida sigue y tú te levantarás como has hecho una y otra
vez, porque nadie puede tumbarte para siempre, nadie excepto TÚ mismo.
Recuérdalo, cabrón.
Estás palabras fueron engendradas entre los silencios de las notas de Ludovico, mientras una ventana entreabierta era el puente de otras ventanas encendidas y apagadas. Ráfagas de suave aire pasaban las páginas de un libro sin nombre de Pessoa y un Haiku cualquiera, cuya esencia era tan pura y tan verdadera como los aplausos del público emocionado de Einaudi. 
Codo con codo, por Quintans y Casado.
miércoles, 6 de noviembre de 2013
Muñeca Rusa
Gente muerta por patriotismo, y seguimos sin aprender. 
Seguirán muriendo los años y vendrán nuevas generaciones,
nuevos patriotas, nuevos amantes del suelo donde nacieron, nuevas gentes que no
comprenden que nacer en las américas, oriente u occidente es puro azar. 
Nos empeñamos, por pura tozudez, en crear fronteras, muros
intolerantes, en poner nombres al suelo que es de todos. Separación es lo que
parece que queremos. Luego nos extrañaremos por ser distintos, nosotros mismos
somos los dioses de estas diferencias, y benditas diferencias. Incapaces de ver
la belleza que hay en ello, obviamos que en lo homogéneo no hay interés alguno.
Sin embargo, hemos llegado demasiado lejos. 
Es hora de comprender y gritar a viva voz “¡Quemen las banderas! ¡El mundo entero es
nuestra nación!”.
Dejad de luchar por los mismos ideales que luchan vuestros
enemigos. Parad, callad, escuchad y veréis como las dudas que tanto os
atormentaban se resuelven solas. Pues las dudas que tenéis son las mismas
cadenas que ambos portáis, y las llaves para libraros de ellas están en los
ojos de vuestros enemigos, aquellos que tanto odiáis sin, verdaderamente, saber
el porqué. 
Acepto el miedo a lo distinto, pero no la cobardía, y como
consecuencia persecución, a lo distinto. Somos muñecas rusas, en la cáscara
superficial la armadura es inquebrantable y los sentimientos, que todos
compartimos, parecen desconocidos. Esta primera capa, en la que cada uno
poseemos un disfraz totalmente distinto al resto, nos aleja unos de otros. Es
tan sencillo como quitarnos todas nuestras pieles de cebolla, y que únicamente
quede el corazón, la diminuta muñeca rusa, esa parte frágil y cálida en la cual
todos somos hermanos.
Cuán hermoso es un atardecer morado, verde o rosáceo; qué
bellas son las rosas rojas, blancas o negras; nos atrae el arcoíris; nos gustan
los ojos azules, verdes o color miel; ¿por qué no veis la tremenda belleza en
la diversidad de la piel? 
El problema es el temor a no ser comprendido, pues témete a
ti mismo amigo, el problema es sólo tuyo, tú eres el que no te comprendes, el
que olvidó al chiquillo que tendía su mano sin necesidad de mirar al que estaba
tendido. 
En mi canto nacional, la música la ponen los pájaros que
canturrean sin cesar, los árboles mueven sus hojas, es su manera de bailar;
negros, blancos, amarillos y extraterrestres se sujetan de las manos, todos
desnudos. Una vez que descubres a la pequeña muñeca rusa que habita en cada ser,
ya no hay nada que esconder.
Quizá el dinero haya creado las fronteras. Nosotros creamos
el dinero, y nosotros mismos creamos la necesidad de crear dinero. En 1492 se
descubrió América, o América descubrió el principio del fin. Patriotas, y bien
orgullosos, dirán que les civilizamos, como si eso fuese algo bueno. Como si la
civilización no hubiese destruido más de lo que ha creado. Sí, ha creado
infinidad de cosas, la mayoría necesidades inútiles. A cambio de un
materialismo, que nos presiona los genitales con fuerza in crescendo, hemos
perdido la esencia de aquellas tribus.
Amar únicamente el lugar donde naciste es amar con límites,
con peros ¿y desde cuándo eso es amor?
Por discípulo de Maestro Sho-Hai...
martes, 5 de noviembre de 2013
Re-reduccionismo (Borowskiano)
Sol:
Aquello que provoca vida, pero que también acaba con ella.
Agua: Elemento en el que puedes flotar, pero no si llevas demasiado peso dentro de ti.
Dinero: Por lo que matarías a tu madre.
Oro: Por lo que venderías a tu hija.
Vida: Paréntesis de la muerte.
Tiempo: Lo que te arrastra al infierno.
Cielo: Inalcanzable.
Mar: Inquietante, temeroso ante él.
Belleza: Subjetiva.
Silencio: El sonido más bello.
Nostalgia: Cortes en el alma.
Música: Sonido de la naturaleza.
Luz: Vida.
Agua: Elemento en el que puedes flotar, pero no si llevas demasiado peso dentro de ti.
Dinero: Por lo que matarías a tu madre.
Oro: Por lo que venderías a tu hija.
Vida: Paréntesis de la muerte.
Tiempo: Lo que te arrastra al infierno.
Cielo: Inalcanzable.
Mar: Inquietante, temeroso ante él.
Belleza: Subjetiva.
Silencio: El sonido más bello.
Nostalgia: Cortes en el alma.
Música: Sonido de la naturaleza.
Luz: Vida.
Oscuridad:
Muerte, miedo a que habrá en ella
Infancia:
Felicidad
Vejez:
añoro de infancia (añoro de felicidad).
Arte: Expresión de alma
Jaula: Donde casi todo el mundo vive voluntariamente.
Nube: Más física que mental.
Dios: Aquello que colocamos en la oscuridad.
Muerte: Cíclica.
Pintura: Dibujo del alma.
Poesía: la pintura del interior.
Baile: Libertad.
Lágrima: Sentimiento que no cabe dentro de ti.
Palabra: Aquello que da orden.
Ropa: Cadenas.
Naturaleza: Caótica.
Felicidad: Estado mental, pasajero. Sueño de todos. Amparo de pocos.
Soledad: Si la buscas no la encontrarás, pero siempre estará acechándote.
Locura: Belleza distinta, incomprensible para muchos.
Tristeza: Pasajera puede ser curativa. Perenne acaba contigo.
Lluvia: Limpa mi alma.
Ángel: Dicen que cuida de mí, pero tal vez yo cuide de él.
Libro: puerta hacia otro mundo.
Mundo: Nuestra gente, nuestros seres más cercanos.
Gigante: Persona con miedo a la pequeñez.
Estrella: El camino del marinero.
Luna: Evocadora de nostalgia, tristeza y amor.
Padre: A veces inspirador, a veces repudiado.
Madre: A lo primero y último que te apegas, tu soporte más firme, tú eres la luz que ilumina su camino.
Amor: Inexplicable. Sólo aquellos pocos que lo hemos experimentado tendremos esa suerte.
Arte: Expresión de alma
Jaula: Donde casi todo el mundo vive voluntariamente.
Nube: Más física que mental.
Dios: Aquello que colocamos en la oscuridad.
Muerte: Cíclica.
Pintura: Dibujo del alma.
Poesía: la pintura del interior.
Baile: Libertad.
Lágrima: Sentimiento que no cabe dentro de ti.
Palabra: Aquello que da orden.
Ropa: Cadenas.
Naturaleza: Caótica.
Felicidad: Estado mental, pasajero. Sueño de todos. Amparo de pocos.
Soledad: Si la buscas no la encontrarás, pero siempre estará acechándote.
Locura: Belleza distinta, incomprensible para muchos.
Tristeza: Pasajera puede ser curativa. Perenne acaba contigo.
Lluvia: Limpa mi alma.
Ángel: Dicen que cuida de mí, pero tal vez yo cuide de él.
Libro: puerta hacia otro mundo.
Mundo: Nuestra gente, nuestros seres más cercanos.
Gigante: Persona con miedo a la pequeñez.
Estrella: El camino del marinero.
Luna: Evocadora de nostalgia, tristeza y amor.
Padre: A veces inspirador, a veces repudiado.
Madre: A lo primero y último que te apegas, tu soporte más firme, tú eres la luz que ilumina su camino.
Amor: Inexplicable. Sólo aquellos pocos que lo hemos experimentado tendremos esa suerte.
Por Henry Borowsky
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