miércoles, 6 de noviembre de 2013

Muñeca Rusa


Gente muerta por patriotismo, y seguimos sin aprender.

Seguirán muriendo los años y vendrán nuevas generaciones, nuevos patriotas, nuevos amantes del suelo donde nacieron, nuevas gentes que no comprenden que nacer en las américas, oriente u occidente es puro azar.
Nos empeñamos, por pura tozudez, en crear fronteras, muros intolerantes, en poner nombres al suelo que es de todos. Separación es lo que parece que queremos. Luego nos extrañaremos por ser distintos, nosotros mismos somos los dioses de estas diferencias, y benditas diferencias. Incapaces de ver la belleza que hay en ello, obviamos que en lo homogéneo no hay interés alguno. Sin embargo, hemos llegado demasiado lejos.
Es hora de comprender y gritar a viva voz “¡Quemen las banderas! ¡El mundo entero es nuestra nación!”.
Dejad de luchar por los mismos ideales que luchan vuestros enemigos. Parad, callad, escuchad y veréis como las dudas que tanto os atormentaban se resuelven solas. Pues las dudas que tenéis son las mismas cadenas que ambos portáis, y las llaves para libraros de ellas están en los ojos de vuestros enemigos, aquellos que tanto odiáis sin, verdaderamente, saber el porqué.
Acepto el miedo a lo distinto, pero no la cobardía, y como consecuencia persecución, a lo distinto. Somos muñecas rusas, en la cáscara superficial la armadura es inquebrantable y los sentimientos, que todos compartimos, parecen desconocidos. Esta primera capa, en la que cada uno poseemos un disfraz totalmente distinto al resto, nos aleja unos de otros. Es tan sencillo como quitarnos todas nuestras pieles de cebolla, y que únicamente quede el corazón, la diminuta muñeca rusa, esa parte frágil y cálida en la cual todos somos hermanos.
Cuán hermoso es un atardecer morado, verde o rosáceo; qué bellas son las rosas rojas, blancas o negras; nos atrae el arcoíris; nos gustan los ojos azules, verdes o color miel; ¿por qué no veis la tremenda belleza en la diversidad de la piel?
El problema es el temor a no ser comprendido, pues témete a ti mismo amigo, el problema es sólo tuyo, tú eres el que no te comprendes, el que olvidó al chiquillo que tendía su mano sin necesidad de mirar al que estaba tendido.
En mi canto nacional, la música la ponen los pájaros que canturrean sin cesar, los árboles mueven sus hojas, es su manera de bailar; negros, blancos, amarillos y extraterrestres se sujetan de las manos, todos desnudos. Una vez que descubres a la pequeña muñeca rusa que habita en cada ser, ya no hay nada que esconder.

Quizá el dinero haya creado las fronteras. Nosotros creamos el dinero, y nosotros mismos creamos la necesidad de crear dinero. En 1492 se descubrió América, o América descubrió el principio del fin. Patriotas, y bien orgullosos, dirán que les civilizamos, como si eso fuese algo bueno. Como si la civilización no hubiese destruido más de lo que ha creado. Sí, ha creado infinidad de cosas, la mayoría necesidades inútiles. A cambio de un materialismo, que nos presiona los genitales con fuerza in crescendo, hemos perdido la esencia de aquellas tribus.


Amar únicamente el lugar donde naciste es amar con límites, con peros ¿y desde cuándo eso es amor?





Por discípulo de Maestro Sho-Hai...

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