jueves, 18 de septiembre de 2014

Canto a una cama

¡Oh cama, cuántos momentos juntos!
       Te ofrecí mi primer diente,
      y lo vendiste al mejor postor,
                            un tal Pérez.
         ¡Oh, mi estrecho lecho!
                Me viste perder la virginidad,
  cometer mi primera infidelidad.
       Tan incómoda y arrugada,
tan dócil y apagada.
    ¡Oh cama! Si lo pienso bien
      dejas mucho que desear.
        No me consolaste cuando murió mamá,
      tampoco cuando mi cara abofeteaba papá.
                     Tantas noches te lloré,
    tú siempre tan sorda y muda
   como si le hablase a la pared.
           A primera vista acolchada y suave,
          mas cuán dura eres con tus sábanas
   a medio poner,
   sin abrazos, ni besos de mejilla
       en las pesadillas abandonado me quedé.
   ¡Oh cama! Nunca te he conocido
            y ya te pongo verde.
          Ojalá estuvieras aquí,
      conmigo,
       bajo el solitario puente.
            Tengo frío, ¿por qué no existes?

    Quiero verte.







Por Edgar Kerouac.

No hay comentarios:

Publicar un comentario