-Hola
pequeña, ¿Qué haces levantada a estas horas? 
-No
podía dormir, ya sabes que si no le das las buenas noches a esta princesa, es
como el cuento del guisante. 
Sólo
que tus palabras son
las que
se me clavan en la espalda,
cuando
no salen de tus labios. 
Y hace
tanto que ya no te oigo 
susurrarlas
a mi oído, 
que no
recuerdo el tacto de tus labios
en mi
cansada piel, 
la
sonrisa de tus dedos acariciándome
sin
pensar en un: 
¡Mañana
hay que madrugar, durmamos ya! 
O algo
por el estilo. 
Se me
escapan tus recuerdos
como
arena entre las manos, 
como
sueños 
en un mal
despertar de esos que a veces tengo,
y que
luego me es imposible continuar, 
allí
donde dejé el sueño.
Sé que
jamás volverá, y eso es lo que me pasa contigo.
Sé que
no vas a volver, 
que no
estás a mi lado, 
que a
veces eres capaz de correr más que cien caballos. 
Y que
con quien compartes cama ahora, 
te ata
cada noche al cabecero 
para
que no huyas y me saques de aquí, 
de este
laberinto en el que yo misma
me he
convertido, 
de este
camino de baldosas desgastadas, 
donde
ya no hay amarillo 
y sí un
poco de rojo. 
De esas
lágrimas, 
que
aunque no sean de cocodrilo si tienen mucho de reptiliano,
porque
ya sabes, que yo o ataco o huyo,
pero
jamás puedo estar sentada. 
- Mi
pequeña Wendy, aunque te prometa Nunca Jamás, sabes que ya no puedo.
Miento
cuando hablo, 
río
cuando debería llorar, 
y follo
cuando me emborracho. 
Y a
veces salgo y pienso: Joder, te quiero.
Pero
acabo mordiendo el cuello
de alguna
golfa, que no te llega ni 
al zapato,
ni al mocasín
ni siquiera
al juanete.
Y sin
embargo acabo en su cama,
maniatándome
a su cabecero, 
intentado
no ir hacia ti, 
sabiendo
que solo llevo daño y un buen par de polvos. 
Aunque
luego me canse, 
y me dé
por tocarme en el baño, 
mientras
tú,
al otro lado,
lloras
porque ya no quiero hacértelo como antaño. 
Así que
huyamos, para siempre.
Cada
uno en dirección opuesta,
Y con
un poco de suerte, 
volveremos
a encontrarnos, 
esta
vez para siempre.
Buenas
noches princesa...
Por Carlos Pelerowski..
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario