jueves, 29 de mayo de 2014

Ahogando mariposas en alcohol.

Otra noche de fiesta,
 y tu sombra no aparece.
Otra borrachera
sin que me cojas de la mano
y me lleves a casa
cuando empiece a pellizcar
culos.
Y tú te rías
porque sabes que en el fondo
solo tengo ojos para ti,
pero me encantan
los traseros ajenos.

Otra noche abrazado a una botella,
a unos labios
que si bien no son los tuyos,
al menos me responden.
El alcohol baja por mi garganta,
ahogando las mariposas de mi estómago.
 Las voy matando poco a poco,
 y,
 a medida que esto pasa,
 tu imagen se va borrando.          
Es entonces cuando me paso
 y busco otros cuerpos,
 y no me importan como.

La soledad del borracho,
la ebria desnudez de un corazón anestesiado,
 o al menos,
en fase KO.

Y al día siguiente
cuando no aguante mi cabeza,
y me lave el sudor y la vergüenza,
volverás a mí.
 Y volverá a doler,
y a golpear,
 y a tratar de hacer que caiga
 rendido ante tus pies.
Que te jure pleitesía y te busque entre todas,
 que te ame y no te folle,
 que te abrace y no te muerda.
Intentarás domesticarme,
 cuando tú en realidad
 no quieres una mascota.

Tú lo que quieres, no lo sé.

Yo lo que quiero,  es que acabes este poema por mí.


Por Carlos Pelerowski...

No hay comentarios:

Publicar un comentario