En honor a aquellos que hicieron que este blog naciera. Aquí ofrezco mi estudio de Antropología de las Artes.
A
finales de los años cuarenta nace la Generación Beat, que no sería nombrada de
tal forma  hasta 1948, en una
conversación entre Jack Kerouac y John Clellon Holmes -aunque el nombre se
difundiría públicamente en 1952-, y que daría paso, a principios de los años
sesenta, al movimiento hippie. 
            Muchos fueron los sentidos que se le dieron a la
palabra “beat”, en aquellos tiempos, los americanos utilizaban tal expresión
para emitir, en algunas ocasiones, estar abatido o golpeado, en otras lo
utilizaban para separarse de la sociedad con la que no se sentían
representados, aunque sus miembros llevaban el término más allá, haciendo
referencia a una subcultura subterránea donde se hallaban los “diferentes”,
donde desde la oscuridad buscaban y encontraban la luz, englobaba a aquellas
personas necesitadas y también lo dotaban de un sentido beatífico. 
            La generación beat fue engendrada en
Nueva York, aferrada a un movimiento literario que lograría influir en una
especie de conciencia social, cuyo deseo utópico era, mediante el arte, cambiar
el mundo. 
            Antes de incidir más en las
características de esta generación, es imprescindible dibujar el escenario en
el que se encontraban los miembros que la componían y, por lo tanto,
Norteamérica. Años cincuenta, Einsenhower a la cabeza del gobierno, un abrumador
dominio de los conservadores americanos, la depresión económica, las secuelas
de la Segunda Guerra Mundial, en medio de la Guerra
Fría y la amenaza de la bomba atómica, eran motivos que llevaban al malestar y
desesperación de la gente. 
            En este
panorama, aparecieron unos amigos escritores que coincidían en su pasión por la
poesía y la prosa, compartían una visión atractiva de la cultura, además de
varias ideas nada convencionales. Los principales miembros de este grupo de
amigos eran Jack Kerouac, John Clellon Holmes (ambos compartían ideas
revolucionarias y profundas críticas hacia el sistema americano), Allen
Ginsberg, William Burroughs y Neal Cassady. Posteriormente
el grupo fue creciendo con las incorporaciones de Herbert Huncke, Philip
Lamantia, Gregory Corso, Carl Solomon, Lawrence Ferlighetti y Peter Orlovsky,
entre otros. Aunque en literatura, como en la mayoría del resto de ámbitos, son
los hombres los que parece que lo hayan creado todo, desarrollado y sean los
doctos en la materia, sin embargo, los beat también
cuentan entre sus filas con mujeres importantes como, por ejemplo, Mary
Fabilli, Diane di Prima, Joyce Johnson, Hettie Jones, Joanne Kyger, Denise
Levertov, Marge Piercy, Joanna McClure, Janine Pommy Vega, Anne Waldman, Ruth
Weiss, Leonore Kandel, Brenda Frazer, Elise Cowen, Mary Norbert Korte, entre
otras, prácticamente desconocidas hasta hace bien
poco, lástima que se haya tardado tanto en desempolvar y considerar el arte de
las mujeres beat, apenas valoradas por los críticos pero sí por los propios
hombres beat. La respuesta del beat Gregory Corso a la pregunta “¿Y dónde están
las mujeres beat?”, fue la siguiente “Hubo mujeres, ellas estuvieron ahí, yo
las traté. Sus familiares las internaron en hospitales psiquiátricos, les
aplicaron electroshock. En la década de 1950 si eras hombre podías manifestarte
como rebelde, pero si eras mujer tus mismos familiares te encerraban. Hubo
muchos casos que yo conocí, sobre los cuales algún día se escribirá”. Este
comentario deja clara constancia de la lucha a la que estaban sometidas las
mujeres en general, pero en este caso particular las estadounidenses con
espíritu y creaciones artisticas de la generación beat. EEUU estaba inmerso en
mentes conservadoras y en aquellas mentes no cabía la libertad beat y mucho
menos tratándose de mujeres.
            Estos escritores revolucionaron,
mediante el movimiento literario, la escena bohemia norteamericana, en la que
la terrible realidad en la que vivían, y les rodeaba, por aquel entonces,
estaba caracterizada por una visión cruda y ácida. Estos
jóvenes intelectuales coincidían en unir el romance hacia la vida, los pesares
elementales, el existencialismo moderno, junto a la vida bohemia que
representaba la actitud vital. Era su señal de existir, vivir
era explorar. Este fue el motivo por el que la filosofía Beat se expresó con
más sentido en los escritores de la época, quienes deseaban desarrollar un
imaginario nuevo, textos e ideas diferentes. Corrían viajando por carreteras,
buscando la inspiración divina entre cafeterías, alcohol y máquinas de
escribir. 
            Como comentaba anteriormente, esta
generación carecía de nombre hasta que a finales de 1952 apareció, en el New
York Times Magazine, un artículo de John Clellon Holmes titulado “This is
the beat generation”. Tanto Holmes como Kerouac pensaron en los hombres y
mujeres que vivían la misma situación y que también, como ellos, eran
conscientes de que la sociedad estaba hundida del mismo modo, fue entonces
cuando se les ocurrió nombrar a toda una generación golpeada y marginada, y
surgió “The Beat Generation”, cuya intención primaria era la de desnombrar, y
no nombrar, a una generación. Sin embargo, el artículo de Holmes captó la
atención de los lectores y se difundió como hojas caídas de otoño.    
            Nadie mejor que John Clellon Holmes,
en su artículo del New York Times, para describir quiénes eran, cómo eran y por
qué surgió la Generación Beat: 
 “Any attempt to
label an entire generation is unrewarding, and yet the generation which went
through the last war, or at least could get a drink easily once it was over,
seems to possess a uniform, general quality which demands an adjective... The
origins of the word 'beat' are obscure, but the meaning is only too clear to
most Americans. More than mere weariness, it implies the feeling of having been
used, of being raw. It involves a sort of nakedness of mind, and, ultimately,
of soul; a feeling of being reduced to the bedrock of consciousness. In short,
it means being undramatically pushed up against the wall of oneself. A man is beat
whenever he goes for broke and wagers the sum of his resources on a single
number; and the young generation has done that continually from early youth.
 Its members have
an instinctive individuality, needing no bohemianism or imposed eccentricity to
express it. Brought up during the collective bad circumstances of a dreary
depression, weaned during the collective uprooting of a global war, they
distrust collectivity. But they have never been able to keep the world out of
their dreams. The fancies of their childhood inhabited the half-light of
Munich, the Nazi-Soviet pact, and the eventual blackout. Their adolescence was
spent in a topsy-turvy world of war bonds, swing shifts, and troop movements.
They grew to independent mind on beachheads, in gin mills and USO's, in
past-midnight arrivals and pre-dawn departures. Their brothers, husbands,
fathers or boy friends turned up dead one day at the other end of a telegram.
At the four trembling corners of the world, or in the home town invaded by
factories or lonely servicemen, they had intimate experience with the nadir and
the zenith of human conduct, and little time for much that came between. The
peace they inherited was only as secure as the next headline. It was a cold
peace. Their own lust for freedon, and the ability to live at a pace that kills
(to which the war had adjusted them), led to black markets, bebop, narcotics,
sexual promiscuity, hucksterism, and Jean-Paul Sartre. The beatness set in
later”.
            O, también, nadie mejor que Jack
Kerouac, en una entrevista publicada en el Esquire Magazine, para comentar lo
siguiente:
“Beat, que significa abatido y marginado,
pero pletórico de una intensa confianza. Incluso ya la habíamos oído en los
hipsters de 1910, pronunciándola de la misma manera, con ese mismo desdén
melancólico. Nunca significó delincuentes juveniles, sino personajes de una
espiritualidad especial que no se oponían a nada más que siendo solitarios
Bartlebies escapándose por la funesta ventana tapiada de nuestra civilización.
Los héroes subterráneos que finalmente se apartaban de la maquinaria de la
“libertad” occidental y tomaban drogas, entendían el bop, tenías visiones
introspectivas, experimentaban el “desarreglo de los sentidos”, hablando de
manera extraña, siendo pobres y felices, profetizando así un nuevo estilo
dentro de la cultura americana, un nuevo estilo (pensábamos) completamente
libre de influencias europeas (a diferencia de la Generación Perdida)”.
            La Generación Beat es considerada hija de la Generación Perdida. Esta
generación surgió tras las Primera Guerra Mundial, en los años veinte y duró
una década. Cansados y habiendo perdido toda ilusión por la situación en la que
se estaba sumergiendo su sociedad, muchos autores abandonaron su país y
emigraron a París entre la Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión, algunos
de los escritores más ilustres fueron Ernst Hemingway, John Steinbeck, William
Faulkner (estos tres autores fueron Premio Nobel en los años 1954, 1949 y 1962,
respectivamente), Ezra Pound, Francis Scott Fitzgerald o John Dos Passos. La
Generación Perdida dio a luz en los “felices años veinte”, o también llamados
The Jazz Age o The Roaring Twenties, y se cruzó con la estrepitosa caída de la
bolsa de Nueva York en 1929. Los escritores de esta generación versaron sobre
este período, mediante su pluma y máquinas de escribir, con críticas hacia la
guerra y ataques a la opulenta sociedad norteamericana. El mismo Hemingway dijo
que se consideraba miembro de la Generación Perdida a aquellos jóvenes
intelectuales que habían tomado parte, o habían sido testigos, de la Primera
Guerra Mundial. Fue Gertrude Stein quien dio origen al término “Generación
Perdida”, el motivo de tal calificativo fue el de referirse a la “pérdida de
esperanza tanto en la democracia americana como en la novela naturalista”. 
            Sin
embargo, aunque existen similitudes entre la Generación Perdida y la Generación
Beat, ambas son muy diferentes, no obstante, y nuevamente, nadie mejor que John
Clellon Holmes para diferenciar a estas dos generaciones:
            “It is a postwar generation, and, in a world which seems to mark its
cycles by its wars,    it is already being
compared to that other postwar generation, which dubbed itself       'lost'. The Roaring Twenties, and the
generation that made them roar, are going           through
a sentimental revival, and the comparison is valuable. The Lost Generation           was discovered in a roadster, laughing
hysterically because nothing meant anything        anymore.
It migrated to Europe, unsure whether it was looking for the 'orgiastic future'
    or escaping from the 'puritanical
past.' Its symbols were the flapper, the flask of             bootleg whiskey, and an attitude of desparate frivolity
best expressed by the line:   'Tennis,
anyone?' It was caught up in the romance of disillusionment, until even that
became an illusion. Every act in its drama of lostness was a tragic or ironic
third act, and T.S. Eliot's The Waste Land was more than the dead-end statement
of a perceptive poet. The pervading atmosphere of that poem was an almost
objectless sense of loss, through which the reader felt immediately that the
cohesion of things had disappeared. It was, for an entire generation, an image
which expressed, with dreadful accuracy, its own spiritual condition.
 But the wild boys
of today are not lost. Their flushed, often scoffing, always intent faces elude
the word, and it would sound phony to them. For this generation lacks that
eloquent air of bereavement which made so many of the exploits of the Lost
Generation symbolic actions. Furthermore, the repeatedinventory of shattered
ideals, and the laments about the mud in moral currents, which so obsessed the
Lost Generation, do not concern young people today. They take these things
frighteningly for granted. They It is a postwar generation, and, in a world
which seems to mark its cycles by its wars, it is already being compared to
that other postwar generation, which dubbed itself 'lost'. The Roaring
Twenties, and the generation that made them roar, are going through a
sentimental revival, and the comparison is valuable. The Lost Generation was
discovered in a roadster, laughing hysterically because nothing meant anything
anymore. It migrated to Europe, unsure whether it was looking for the
'orgiastic future' or escaping from the 'puritanical past.' Its symbols were
the flapper, the flask of bootleg whiskey, and an attitude of desparate
frivolity best expressed by the line: 'Tennis, anyone?' It was caught up in the
romance of disillusionment, until even that became anwere brought up in these
ruins and no longer notice them. They drink to 'come down' or to 'get high,'
not to illustrate anything. Their excursions into drugs or promiscuity come out
of curiousity, not disillusionment.
            Only
the most bitter among them would call their reality a nightmare and protest
that they have indeed lost something, the future. For ever since they were old
enough to imagine one, that has been in jeapordy anyway. The absence of
personal and social values is to them, not a revelation shaking the ground
beneath them, but a problem demanding a day-to-day solution. How to live seems
to them much more crucial than why. And it is precisely at this point that the
copywriter and the hotrod driver meet and their identical beatness becomes
significant, for, unlike the Lost Generation, which was occupied with the loss
of faith, the Beat Generation is becoming more and more occupied with the need
for it. As such, it is a disturbing illustration of Voltaire's reliable old
joke: 'If there were no God, it would be necessary to invent him.' Not content
to bemoan his absence, they are busily and haphazardly inventing totems for him
on all sides.
            For the giggling nihilist, eating up the highway at
ninety miles an hour and steering with his feet, is no Harry Crosby, the poet
of the Lost Generation who planned to fly his plane into the sun one day
because he could no longer accept the modern world. On the contrary, the hotrod
driver invites death only to outwit it. He is affirming the life within him in
the only way he knows how, at the extreme. The eager-faced girl, picked up on a
dope charge, is not one of those 'women and girls carried screaming with drink
or drugs from public places,' of whom Fitzgerald wrote. Instead, with
persuasive seriousness, she describes the sense of community she has found in
marijuana, which society never gave her. The copywriter, just as drunk by
midnight as his Lost Generation counterpart, probably reads God and Man at Yale
during his Sunday afternoon hangover. The difference is this almost exaggerated
will to believe in something, if only in themselves. It is a will to believe,
even in the face of an inability to do so in conventional terms. And that is
bound to lead to excesses in one direction or another”.
            Asentada
la diferenciación entre generación beat y generación perdida, pasaré a centrar la
atención en la primera, la que, realmente, tiene relevancia en estas palabras
que escribo. 
            La
mayoría de miembros beat eran -los ahora tan conocidos- hipster, ¿pero qué
significaba ser hipster? Marty Jezer en “The Dark Ages: Life In The U.S. 1945-1960”, define al hipster de la década de 1940 del siguiente modo:
            “El
mundo del hipster en que Kerouac y Ginsberg navegaron y de mediados de los          cuarenta e inicios de los cincuenta fue
un movimiento amorfo sin ideología, más una             pose
que una   actitud; una forma de “ser” sin
tratar de explicar por qué. Hipsters por            sí
mismos sin dar explicaciones a nadie. Su lenguaje, limitado como fuese, fue     suficientemente oscuro para   desafiar traducción en su discurso de todos
los días. Su           rechazo a lo
ordinario fue tan completo que apenas podían soportar la realidad.   La medida de su retiro fue su desconfianza del
lenguaje. Una palabra como cool      podría
querer decir cualquiera de un número de cosas contradictorias, su   definición no vino de la acepción de la
palabra más bien de la emoción detrás de             ella
y su acompañamiento no verbal, expresiones faciales-  corporales. Cuando los          hipsters
pusieron juntos una frase coherente, fue siempre prologada con la     palabra como para manifestar que en el
principio lo que se entendía fue     probablemente
una ilusión. Sin pasado, ni futuro, sólo un presente que existía en las             existenciales alas de sonido. Un
solo del bebop de Charlie Parker, esa fue la verdad. El   punto de vista del hipster sobre el mundo no estaba dividido entre
“mundo libre” y          “bloque
comunista”, y esto fue puesto aparte de su ortodoxia recurrente. El            dualismo Hipster, en   lugar de eso, trascendió líneas geopolíticas a
favor de niveles de      conciencia”. 
            Es
decir, ser hipster iba más allá de una simple moda o un modo concreto de
vestir, ser hipster era una forma de ser siendo, sin preguntar qué, cómo o
cuándo. Este estilo de ser tan pura, tipos de pensamientos como estos eran los
que gobernaban las mentes de los miembros de la generación beat.
            El
biógrafo del increíble jazzista Charlie Parker, comenta sobre los hipster -en
el libro Historia
del jazz moderno de Frank Tirro- lo siguiente:
  “Para el hipster, Bird fue una
justificación viva de su filosofía. El hipster es un hombre subterráneo. Es
para la Segunda Guerra Mundial lo que el dadaísta fue para la Primera. Es
amoral, anarquista, cortés, y sobre-civilizado hasta la decadencia. Siempre
diez pasos por delante en el juego, por su conciencia, un ejemplo de lo cual
podría ser conocer a una chica y rechazarla, porque sabe que saldrán en citas,
se tomarán de las manos, se besarán, se acariciarán, fornicarán, quizá se
casarán, se divorciarán... ¿así que para qué iniciar todo? Conoce la hipocresía
de la burocracia, el odio implícito en la religión ¿entonces qué es lo que este
valora? Como no sea para pasar la vida evitando el dolor, tener a raya a sus
emociones, y ser cool. Anda buscando algo que trasciende toda esta sandez y lo
encuentra en el jazz”.
            Es fácil apreciar que generación beat y cultura hipster era
prácticamente una sola cosa, tan unidos que resulta prácticamente imposible
separarlos. Lo mismo ocurría con el jazz, el trío Beat-Hipster-Jazz formaba una
mezcla inseparable, como la mantequilla y la mermelada, un borracho y su
botella o un poeta y una hoja de papel. 
            Kerouac comentó en el Esquire
lo siguiente sobre el jazz:
“Tomábamos taza tras taza de café las 24
horas, poniendo un disco tras otro de Wardell Gray, Lester Young, Dexter
Gordon, Willie Jackson, Lennie Tristano y todos los demás, hablando
alocadamente sobre aquel nuevo sentimiento de santidad que veíamos surgir allí
afuera, en la calle. Escribíamos relatos sobre extraños y beatíficos jazzeros
negros, santos de barba que hacían dedo por todo Iowa con sus instrumentos,
llevando el secreto mensaje de su respiración hacia otras costas, otras
ciudades, como auténticos Walters Desposeídos al frente de una invisible
Cruzada Fundamental. Teníamos nuestros héroes místicos y además escribíamos
musicales novelas sobre ellos, largos poemas verticales que celebraban a los
nuevos “ángeles” de la América subterránea”.
            Oriente fue un punto clave para la generación beat, ya que compartían
con ésta ideales y pensamientos. Oriente les aportó un arco iris con multitud
de tonalidades y estímulos que abarcaba desde la filosofía hasta la bisutería,
era la paz tan ansiada por los miembros de esta generación. Como dice
Cilleruelo, en la revista El Ciervo, “lo oriental les ofrecía un argumento para
rechazar el seco racionalismo del siglo XX sin caer en el irracionalismo (...)
Oriente surtió a los poetas beat con su inagotable bazar iconográfico
referencial. Los beat funden sin excesivos reparos su cotidianidad americana
con su idealidad hacia la casa del sol naciente”. La naturaleza, el ecologismo,
refugiarse en lo salvaje como método de llegar al yo interior, fue una
constante en muchos de ellos, así como las religiones en aquel entonces
exóticas, como el budismo, la filosofía zen, etc. Oriente se adentró en el
interior de los beat por cada poro de sus cuerpos, incluso Kerouac realizó un
libro exclusivamente de haikus. Un haiku (normalmente en español “jaiku”), es
un tipo de poesía en japonés. Yo lo denomino el poema de la esencia, pues
consta de tres versos de cinco, siete y cinco moras (sustituidas a sílabas en
traducciones a otras lenguas) respectivamente. El haiku, habitualmente,
reproduce la sensación que el poeta siente en la contemplación de la
naturaleza, por ese motivo, con la mayor brevedad posible el poeta debe dibujar
en tan sólo tres versos, la grandiosidad de la emoción producida, de ahí que
haya decidido humildemente denominarlo poema de la esencia. Muestro aquí
algunos de los haikus de Kerouac de su Libro de Jaikus (debido a la traducción
al castellano, la métrica normal de los haiku no coincide):  
                                                                         La
luna 
                                                                         es un 
                                                                    limón ciego.
                                                               Después de la lluvia
                                                                   las rosas rojas
                                                               en el verde, verdes.
                                                                Abeja ¿por qué
                                                           te
quedas mirándome?
                                                               ¡No soy una flor!
            Allen Ginsberg también cayó en el encanto y sencillez
-que no por ello fácil- de los haiku. Algunos ejemplos de ellos son los
siguientes, nunca publicados y en su idioma original:
                                                           Mayan
head in a 
                                                       Pacific driftwood bole
                                                      Someday I'll live in N.Y.
                                                      I slapped the mosquito
                                                            
and missed.
                                                    What made me do that?
                                                           Reading
haiku
                                                           I
am unhappy,
                                                  longing for the Nameless.
                                                            Another year 
                                                        has past the world
                                                           is no different. 
            Las columnas vertebrales -en forma
de obras- de la generación beat son On the Road de Jack Kerouac, una
novela en la que Kerouac narra sus viajes por carretera desde Nueva York a
Nueva Orleans, Ciudad de México, San Francisco, Chicago y su regreso a Nueva
York, su estilo fluido y narrado -creador de la “prosa espontánea”- como si el
mismo Kerouac te estuviese hablando cara a cara, la hacen única y necesaria no
para cualquier lector, sino para cualquier persona; Yonqui de William Burroughs,
que fue el libro de cabecera de Kurt Cobain, y Almuerzo desnudo -también
de Burroughs-, complicado de leer debido al peculiar estilo de escribir del
autor denominado “cut-up”, consistente en collages narrativos que rompen con
las normas sintácticas. En este libro Burroughs dice lo siguiente “a
partir de cierta frecuencia, la necesidad no conoce límite ni control alguno...
Estás dispuesto a mentir, engañar, denunciar a tus amigos, robar, hacer lo que
sea para satisfacer esa necesidad total”, en esta novela el autor estaba bajo
el delirio absoluto y la desesperación que le producían el consumo y la
abstinencia. De hecho, en la introducción confiesa que no tiene un recuerdo
preciso de haber escrito las notas publicadas con el título de El almuerzo
desnudo. Por último, la última columna del templo beat es el delicioso y
exquisito poema de Allen Ginsberg Howl, que consigue cambiarte para
siempre, cada leída es un renacimiento nuevo, un poema fuera de lo común, único
y crítico feroz de la sociedad de aquel entonces, además de ser un canto a la
locura y lucidez.
            Otro poema magnífico y algo más
corto que el largo Howl de Ginsberg es La balada de los esqueletos,
aquí plasmada:
                                               Dijo
el esqueleto Presidente
                                               No
firmaré el proyecto de ley
                                               Dijo
el esqueleto Portavoz
                                               Sí
que lo harás
                                               Dijo
el esqueleto Congresista
                                               Me
opongo
Dijo el
esqueleto Corte Suprema
                                               Qué
esperabas
                                               Dijo
el esqueleto Militar
                                               Compra
bombas galácticas
                                               Dijo
el esqueleto Clase Alta
                                               Que
se mueren de hambre las mamis solteras
                                               Dijo
el esqueleto Yahoo
                                               Eliminad
el arte obsceno
                                               Dijo
el esqueleto Ala Derecha
                                               No
hagas caso a tu corazón
                                               Dijo
el esqueleto Gnóstico
                                               La
figura humana es divina
                                               Dijo
el esqueleto Orden Moral
                                               No,
no lo es, es mía
                                               Dijo
el esqueleto Buda
                                               La
compasión es riqueza
                                               Dijo
el esqueleto Empresario
                                               Malo
para tu bienestar
                                               Dijo
el esqueleto del viejo Cristo
                                               Atended
a los pobres
                                               Dijo
el esqueleto Hijo de Dios
                                               El
SIDA necesita cura
                                               Dijo
el esqueleto Homófobo
                                               Los
gays la chupan
                                               Dijo
el esqueleto Política Racial
                                               Los
negros no están de suerte
                                               Dijo
el esqueleto Macho
                                               Las
mujeres en su sitio
                                               Dijo
el esqueleto Fundamentalista
                                               Que
se multiplique la raza humana
                                               Dijo el
esqueleto Pro-Vida
                                               El
feto tiene alma
                                               Dijo
el esqueleto Pro-Aborto
                                               Que
te la metan por el ojete
                                               Dijo
el esqueleto Ajuste de Plantilla
                                               Los
robots me quitaron el trabajo
                                               Dijo
el esqueleto Lucha Contra el Crimen
                                               Gas
lacrimógeno a la chusma
                                               Dijo
el esqueleto Gobernador
                                               Eliminen
el comedor escolar
                                               Dijo
el esqueleto Alcalde
                                               Cómanse
el recorte presupuestario
                                               Dijo
el esqueleto Neoconservador
                                               ¡Fuera
de las calles los sin hogar!
                                               Dijo
el esqueleto Mercado Libre
                                               Úsenlos
para carne
                                               Dijo
el esqueleto Comité de Sabios
                                               El
Mercado Libre es el camino
                                               Dijo
el esqueleto Caja de Ahorros
                                               Que
pague el Estado
                                               Dijo
el esqueleto Chrysler
                                               Que
pague por ti & por mí
                                               Dijo
el esqueleto Fuerza Nuclear
                                               &
por mí & por mí & por mí
                                               Dijo
el esqueleto Ecológico
                                               Mantén
azul el cielo
                                               Dijo
el esqueleto Multinacional
                                               ¿Cuánto
me das por ello?
                                               Dijo
el esqueleto NAFTA
                                               Hazte
rico, Libre Cambio
                                               Dijo
el esqueleto Maquiladora
                                               Talleres
explotadores, paga baja
                                               Dijo
el esqueleto Tratado de Libre Comercio
                                               Un
solo mundo, alta tecnología
                                               Dijo
el esqueleto Clase Baja
                                               Menudo
timo
                                               Dijo
el esqueleto Banco Mundial
                                               Talad
los árboles
                                               Dijo
el esqueleto FMI
                                               Compra
queso americano
                                               Dijo
el esqueleto Subdesarrollado
                                               Queremos
arroz
                                               Dijo
el esqueleto Grandes Potencias
                                               Vende
tus huesos para dados
                                               Dijo
el esqueleto Ayatolá
                                               Muere
escritor muere
                                               Dijo
el esqueleto Joe Stalin
                                               No
es mentira
                                               Dijo
el esqueleto China
                                               Me
he tragado el Tíbet
                                               Dijo
el esqueleto Dalai Lama
                                               Menuda
indigestión
                                               Dijo
el esqueleto Coro Mundial
                                               Ése
es su destino
                                               Dijo
el esqueleto USA
                                               Salvemos
Kuwait
                                               Dijo
el esqueleto Petroquímica
                                               ¡Rugid,
bombarderos, rugid!
                                               Dijo
el esqueleto Psicodélico
                                               Fúmate
un dinosaurio
                                               Dijo
el esqueleto de Nancy
                                               Di
no a las drogas
                                               Dijo
el esqueleto Rasta
                                               Fuma,
Nancy, fuma
                                               Dijo
el esqueleto Demagogia
                                               No
fumes hierba
                                               Dijo
el esqueleto Alcohólico
                                               Que
se te pudra el hígado
                                               Dijo
el esqueleto Yonqui
                                               ¿Qué
hay de un pico?
                                               Dijo
el esqueleto Gran Hermano
                                               Cárcel
para esos mierdas
                                               Dijo
el esqueleto Espejo
                                               Eh,
guapa
                                               Dijo
el esqueleto Silla Eléctrica
                                               Eh,
¿qué se cuece?
                                               Dijo
el esqueleto Talkshaw
                                               Que
te follen
                                               Dijo
el esqueleto Valores de la Familia
                                               Mi
familia valora el spray defensivo
                                               Dijo
el esqueleto NY Times
                                               Eso
no se puede publicar
                                               Dijo
el esqueleto CIA
                                                ¿No pillas la indirecta?
                                               Dijo
el esqueleto de la Red
                                               Créete
mis mentiras
                                               Dijo
el esqueleto Publicidad
                                               ¡Te
pasas de listo!
                                               Dijo
el esqueleto Poder Mediático
                                               Créeme
                                               Dijo
el esqueleto Sofá & TV
                                               A
mí qué más me da
                                               Dijo
el esqueleto TV
                                               Come
decibelios
                                               Dijo
el esqueleto Telediario
                                               Esto
es todo Buenas Noches.
            Otro excelso poema que para mí
merece estar presente en este escrito, perteneciente a la gran escritora beat
Lenore Kandel, y un grito de rebeldía que ni siquiera el tiempo puede
silenciar, es First they slaughtered the angels (en español Primero
cazaron a los ángeles). Lo dejo impregnado sobre el papel, esperando que
origine ascuas que se transformen en fuego de ansías por leerlo y releerlo.
                                                Primero cazaron a los ángeles
atando sus piernas blancas y flacas con cables
y
abriendo sus gargantas de seda con cuchillos helados
Murieron revoloteando sus alas como pollos
y sus sangres inmortales mojaron el suelo ardiente
atando sus piernas blancas y flacas con cables
y
abriendo sus gargantas de seda con cuchillos helados
Murieron revoloteando sus alas como pollos
y sus sangres inmortales mojaron el suelo ardiente
                                                  los vimos desde el subsuelo
desde las lápidas, las criptas
masticando nuestros dedos huesudos
y
temblando en nuestras sábanas manchadas de orín
Los serafines y los querubines se fueron
se los comieron y les rompieron las médulas óseas
se limpiaron sus culos con plumas de ángeles
y ahora caminan por los escombros de las calles con
ojos como fosas de fuego
desde las lápidas, las criptas
masticando nuestros dedos huesudos
y
temblando en nuestras sábanas manchadas de orín
Los serafines y los querubines se fueron
se los comieron y les rompieron las médulas óseas
se limpiaron sus culos con plumas de ángeles
y ahora caminan por los escombros de las calles con
ojos como fosas de fuego
¿quién engañó a los ángeles?
¿quién robó el santo grial y lo cercenó por una jarra de vino?
¿quién jodió el cuerno dorado de Gabriel?
¿fue un trabajo interno?
¿quién asó el cordero de dios?
¿quién descargó las llaves de San Pedro por la boca de un
inodoro de una Playa del Norte?
¿quién violó a Santa María con un consolador de plástico marcado con el
sello de Buenas Prácticas de aprobación?
¿fue un trabajo externo?
¿dónde están nuestras armas?
¿dónde están nuestros garrotes, nuestros lanzallamas, nuestro gas
venenoso, nuestras granadas de mano?
empuñamos nuestras armas y nuestras rodillas producen tarjetas de crédito,
vomitamos cheques cancelados
parados con las piernas extendidas con esfínteres abiertos llorando agua jabonosa
de nuestros ojos radiactivos
y gritando
por el último rifle
el cañón mesiánico
la bomba pascual
los vientres de las mujeres abiertos y los chicos eliminan
su salida con bayonetas
escupiendo sangre en los ojos de las parteras ciegas
antes de empalarse a sí mismos sobre sus propias espadas
los penes de los hombres se vuelven ametralladoras azules de acero,
que eyaculan balas, esparcieron muerte como un orgasmo
los amantes ruedan en los arbustos desgarrando en los genitales del otro
con uñas de hierro
la sangre fresca es servida en bares de comida sana libre de gérmenes
vasos de papel
tomo un trago por las mujeres del club sifilíticas
en máscaras de papel maché
cada uno el mismo rostro pintado a mano de la madre de Hamlet
a la edad de diez
vemos desde el subsuelo
nuestros ojos como periscopios
arrojando los dedos a los perros como barras de caramelo
en un esfuerzo para sus ladridos
en un esfuerzo por mantener la paz
en un esfuerzo para hacer amigos e influenciar personas
derrumbamos nuestros refugios antibombas vulnerables
doblamos nuestras balsas salvavidas doblables
y en el recuento de doce
todos ellos se desintegraron en montones de mierda de rata
alimentando el crecimiento de las flores venenosas
y las plantas de venus en jarra
se acurrucan bajo tierra
abrazando el pecho poroso con brazos enmohecidos
escuchando el goteo lento de la sangre de nuestras venas cortadas
cerrando hasta arriba los cierres de nuestros cráneos
para ventilar nuestros cerebros
ellos asesinaron a nuestros ángeles
vendimos nuestros cuerpos y nuestras horas a los curiosos
pagamos nuestra infancia en lavaplatos y meprobamato
y echamos sal sobre nuestros nervios sangrantes
en el curso de la búsqueda
y tienen mierda en la boca abierta de dios
colgaron los santos en camisas de fuerza y tienen
tranquilizados a los profetas
                                              ambos negados, cristo y la pija
y diagnosticado como un Buda catatónico
castraron a los sacerdotes y a los hombres santos y
censuraron incluso las palabras de amor
¡Lobotomía para cada hombre!
y designaron a un eunuco para presidente
¡Lobotomía para la ama de casa!
¡Lobotomía para el empresario!
¡Lobotomía para los jardines de infancia!
y ellos asesinaron a los ángeles
y diagnosticado como un Buda catatónico
castraron a los sacerdotes y a los hombres santos y
censuraron incluso las palabras de amor
¡Lobotomía para cada hombre!
y designaron a un eunuco para presidente
¡Lobotomía para la ama de casa!
¡Lobotomía para el empresario!
¡Lobotomía para los jardines de infancia!
y ellos asesinaron a los ángeles
ahora en los callejones los andróginos se están juntando aleteando sus
campanas leprosas como incensarios, mientras preparan el ritual
la violación de dios
la grasa que hace brillar sus labios es la grasa de los ángeles
la sangre de esas tortas en sus garras es la sangre de los ángeles
se están juntando en las calles y jugando a los dados con
ojos de ángeles
están proyectando los últimos lotes del armageddon
ahora en las consecuencias de la mañana
estamos rodando las piedras del subsuelo, de las cuevas
ampliamos nuestras visiones de peyote en los ojos
y enjuagaron nuestras bocas con vino de anoche
rellenaron los agujeros en nuestros brazos con polvo y arrojaron
libaciones a los pies de cada uno
y entraremos por las calles y caminaremos entre ellos y
batallaremos
sosteniendo nuestras manos delgadas y vacías en lo alto
pasaremos entre los extraños del mundo como un
viento amargo
                                          y nuestra sangre fundirá el hierro
y nuestro aliento fundirá el acero
miraremos cara a cara con ojos desnudos
y nuestras lágrimas provocará terremotos
y nuestro llanto hará montañas para ascender y el sol para detener
¡ELLOS NO ASESINARÁN MÁS ÁNGELES!
ni siquiera nosotros
y nuestro aliento fundirá el acero
miraremos cara a cara con ojos desnudos
y nuestras lágrimas provocará terremotos
y nuestro llanto hará montañas para ascender y el sol para detener
¡ELLOS NO ASESINARÁN MÁS ÁNGELES!
ni siquiera nosotros
            Por otro lado, también la generación
beat tuvo sus vacas flacas. Dos de los sucesos que darían mala fama a esta
generación fueron la muerte de David Kammerer y la muerte de la mujer de
Burroughs. En el primer suceso ocurrió lo siguiente, David Kammerer y Lucien
Carr, dos amigos y miembros beat, el 13 de agosto de 1944, durante una de las
fiestas de la banda de amigos, Kammerer se insinuó a Carr por enésima vez,
amagó con violarlo y Lucien sacó un cuchillo de boy scout, clavándolo repetidas
veces en Kammerer. Posteriormente, pensando que Kammerer estaba muerto -todavía
no lo estaba-, lanzó el cuerpo al río, donde finalmente éste murió. Carr
acabaría en prisión, Kerouac y Burroughs detenidos por ser posibles cómplices.
El grupo entraría en crisis, pero se sobrepondría a ella. Posteriormente a este
suceso, serían muchos los libros que relatarían este asesinato con todo lujo de
detalles, como por ejemplo el libro escrito por los propios Burroughs y Kerouac
Y los hipopótamos se cocieron en sus tanques. El segundo episodio que
marcaría un gran escándalo en la órbita beat, sucedió durante una de la fiestas
habituales en las que se sumergían los miembros beat, Burroughs y su mujer
Joan, puestos hasta las cejas de alcohol, marihuana, morfina, heroína y todo lo
que se encontraban a su paso. Joan bromea con Burroughs -con pistola en mano-,
intentando dañar su orgullo al asegurar que no se atrevería a disparar ni
siquiera a un pájaro, a lo que éste le propone jugar a “Guillermo Tell”. Joan
se puso su vaso de ginebra con limonada sobre la cabeza y Burroughs apuntó
-como tantas otras veces, pues en este juego no eran novatos-, sin embargo,
esta vez el vaso cayó intacto, la bala impactó a Joan, y ésta murió.
            Otro pequeño gesto que intentó
ensuciar a la generación beat fue acuñarla con el nombre de “beatnik”, creado
este sobrenombre por el periodista (y, posteriormente, Premio Pulitzer) Herb
Caen. Éste fusionó las palabras “beat” y “Sputnik” con el fin de mostrar a la
generación beat como antiamericana y comunista. Mientras que en la jerga local
“beat” representaba cultura, actitud y literatura, la palabra “beatnik” se
usaba para estereotipar la cultura beat. Según Ginsberg “beat” era un modo de
ser, una identidad, mientras que “beatnik” era ropa de moda, una simple imagen.
Finalmente, acabaron aceptando la palabra “beatnik” con el habitual cinismo
beat, como no podía ser de otra forma. 
Conclusión
           En
primer lugar, antes de comenzar con la conclusión que he llevado acabo tras
finalizar este estudio antropológico sobre la generación beat, me gustaría
mencionar una opinión personal válida quizá para nadie excepto para mí. 
           Pienso
que el objetivo de un artista debe ser el de causar una emoción tanto en sí
mismo como en el público, no importa cuál, ni siquiera que sea compartida la
emoción del artista con la del público o que coincida el público, en su
totalidad, en la misma emoción. Así como tampoco importa el mensaje que quiera
transmitir el artista. Para mí, lo más bello del arte y el artista es conseguir
causar una emoción, esto es lo más complicado y lo que logra ocupar un vacío en
la persona que lo experimenta. A mi modo de razonar, el arte posee multitud de
órganos, pero su órgano vital es la emoción. 
           A
modo de conclusión, he de decir que en este trabajo se han juntado dos
ingredientes esenciales y potentes, como son el arte y la libertad a la hora de
realizar el trabajo. Arte no puede ir acompañado de represión, necesita
libertad, es lo que hace que el arte sea arte. Aunque sigan existiendo ciertos
tipos de represión, limitaciones y censuras para los artistas, aunque en el
pasado existiesen épocas de tan dura represión, en sus mentes los artistas son
libres. La represión nunca conseguirá limitar esa libertad que va más allá de
lo físico, pues incluso la propia represión puede ser fuente de inspiración, es
decir, el arte siempre sabrá cómo escapar de cualquier jaula a la que la
quieran encerrar. El arte es libertad, su 
fuente primigenia. 
           Realizando
este estudio me he sentido un pequeño y humilde artista gracias a esa libertad
total que he tenido a la hora de llevarlo a cabo. He elegido este tema por el
desorbitado interés que suscita a mis sentidos, que tanta inspiración engendra
en mí y que me despierta a bofetadas del tedio de un día al azar. Cuando algo
lo ejecutas con la mayor de las motivaciones y tus ojos, repletos de brillo de
ilusión, el trabajo deja de ser trabajo. Pues trabajo, en su definición, es
aquello que realizas a cambio de una retribución económica, en este caso una
nota, un aprobado, pero con esta pequeña obra documentada no busco el aprobado,
mi retribución es interior, y ya estoy compensado con creces. Ahora,
simplemente busco compartir el conocimiento de estos grandes artistas, que
durante una época tan complicada se refugiaron en la belleza de la palabra
escrita, con notas celestiales de jazz como inspiración y la paz que les
aportaba la filosofía de Oriente y su sol naciente. 
           Insisto,
este trabajo no lo he considerado como tal, pues el arte muere cuando se pierde
esa pasión, ilusión y amor puras que posee, inherentemente, el arte. El dinero
ha logrado mancillar estos hermosos atributos. Cuando los artistas priman en
primer lugar el dinero a la pasión en su obra, es decir, lo consideran como
trabajo antes que pasión, una hoja del árbol del arte cae, pierde la totalidad
de su color y naturaleza y entonces muere.  
           Quizá
haya utilizado demasiadas citas literales en el transcurso de este estudio, sin
embargo, las veo totalmente esenciales, pues nadie mejor que esas personas -que
son las que han sentido en sus pieles esas complicadas situaciones sociales en
las que estaban inmersos, que originaron un cambio, que vivieron codo a codo
unos con otros-, para describir algo que yo comprendo pero no he vivido. Sería
faltarles al respeto si en esta obra, sobre ellos, no apareciesen sus palabras
tal cual las dijeron, sin adorno, sin modificación. Un trabajo sobre la
generación beat sin esencia beat carecería de sentido.
           Tal
vez, siendo estudiante de quinto de Psicología y, prácticamente, psicólogo
profesional, debería ser mucho más crítico con ciertas actitudes, estilos de
vida y acciones que han llevado a cabo miembros beat. Sin embargo, veo en
ellos, en sus peculiares estilos de vida y obras (tan sumamente ligados, pues
sus vidas guiaban sus obras e incluso, en ocasiones, sus obras marcaban el
camino de sus vidas), tal pureza, tanta perfecta imperfección
perfecta...consiguen que me identifique con ellos de un modo genuino, logrando
que mis estudios en Psicología ejerzan una insuficiente fuerza en mí como para
disminuir el gozo que esta generación crea en mi persona. 
            Antes de cerrar este
escueto estudio, me encantaría añadir unas magníficas palabras de Ernst
Fischer, de su obra La necesidad del arte, Fischer dice que “todo
arte está condicionado por el tiempo y representa la humanidad en la medida en
que corresponde a las ideas y aspiraciones, a las necesidades y esperanzas de
una situación histórica particular. Pero, al mismo tiempo, el arte va más allá,
supera este límite y, en cada momento histórico crea un momento de la
humanidad, susceptible de un desarrollo constante”. A partir de estas palabras,
y trasladándolo a la generación beat, el tiempo de esta generación está
limitado a aquellos años donde sus pensamientos y necesidades tenían sentido,
donde sus actitudes y actos tenían un porqué, un porqué engendrado por la
situación en la que se encontraban esas personas. Es decir, en cualquier otro
tiempo, incluso otro espacio, no tendrían ningún tipo de sentido o utilidad, no
serían comprensibles. Sin embargo, y al mismo tiempo, todo ese arte es
inmortal, llega a nuestros tiempos, a mis manos por ejemplo, y logra hacerme
regresar a aquellos tiempos, a sentir y comprender aquellas necesidades por las
que luchaban mediante su plumas y sus estilos de vida, y es en ese preciso
momento cuando ocurre la magia del arte, yo continúo desarrollando el arte de
la generación beat, simplemente manteniendo su esencia en mi mente, hablando
sobre ellos a mis amigos o realizando este estudio, donde los motivos que
llevaron a la formación de la generación beat siguen vivos, aquí, ahora. En
este papel resucito el pasado, resurge la generación beat, golpeada y marginada
pero nunca derrotada. Originada en un momento concreto de la historia, mas
perenne al olvido la cargaremos en nuestros hombros hasta el fin de los días.  
            Finalizada la
conclusión, me gustaría despedirme con las últimas, y bellísimas, palabras
escritas del maestro Burroughs, días antes de morir, en 1997. Dice así “No hay
nada. No hay sabiduría final ni experiencia reveladora; ninguna jodida cosa. No
hay Santo Grial. No hay Satori definitivo ni solución final. Sólo conflicto. La
única cosa que puede resolver este conflicto es el amor. Amor puro. Lo que yo
siento ahora y sentí siempre por mis gatos. ¿Amor? ¿Qué es eso? El calmante más
natural para el dolor que existe. Amor”.
Por Edgar Kerouac.
 
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