domingo, 22 de febrero de 2015

Carta a los reyes magos


Queridos Reyes Magos:
Estas Navidades no quiero más juguetes, aunque hoy he visto un video juego que es una pasada, pero no, este año no quiero eso. Tampoco quiero ropa, hay demasiada en mis armarios y este año apenas he crecido, así que aun me sirve el pijama de franela y el jersey de reno -que tanto odio y tantas rozaduras me hace- del año pasado. Sabéis que me porto bien, que intento hacer los deberes y estudiar todo lo que puedo, pero siempre hay gritos en casa y me pongo triste y no me concentro. Además, siempre os pongo bombones en los calcetines de la chimenea y vasos de leche para los tres, porque sé que venís de muy lejos y ya tenéis una edad, y la leche es buena para los huesos. También pongo grandes cuencos de agua, para que beban vuestros camellos -espero que algún día me dejéis acariciarlos-.
Así que este año os pido que mis padres no se peleen más. Mi madre siempre está llorando, y no sé por qué pero si ella llora yo también. Mi padre la paga conmigo, me grita y a veces me pega cuando me acerco a mamá. Es raro, porque algunas vecinas le preguntan a mi madre por qué tiene el ojo morado o por qué cojea o no va algunos días al trabajo. Muy extraño porque ella dice que es torpe, que es porque se cae o choca contra una puerta o la cama, pero no es así, es porque papá le pega.
Por favor, ese es mi único deseo, no quiero más peleas entre mis padres.

P.D. Si no es mucho pedir, tened un poco de cuidado. El año pasado vomitasteis en la alfombra y los regalos. Olía a esa bebida que casi siempre está bebiendo papá, creo que se llama “Ginebra”. Mamá se enfadó mucho con papá, pero yo sé que fuisteis vosotros.

Muchas gracias Melchor, Gaspar y Baltasar, de vuestro amigo Carlitos.





Por Edgar Kerouac.

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