El
niño gordo llora porque nadie le quiere,
la
niña gafotas llora porque la llaman “cuatroojos”,
el
niño abusador llora a escondidas, por tener que pegar a sus
compañeros,
el
niño inmigrante llora porque nadie le entiende.
El
niño gordo crece y se vuelve un jefe cabrón,
la
niña con gafas crece y atormenta a todos los babosos que buscan un
beso suyo,
el
niño abusador crece, ha cambiado, pero ahora no tiene amigos,
el
niño inmigrante crece, huele el intenso racismo oculto tras los ojos
de la gente.
El
gordo cabrón es odiado por sus trabajadores,
la
hermosa mujer de gafas no encuentra a nadie que esté a su altura,
el
hombre sin amigos se marcha a África de voluntario,
el
inmigrante vuelve a su país, pues aquí nunca se ha sentido querido.
El
gordo cabrón tiene hijos y se vuelve un padre bonachón,
la
envejecida mujer de gafas vive sola rodeada de apestosos gatos,
el
voluntario se casa con una africana y tienen tres hijos,
el
inmigrante vive atemorizado por el sonido de las bombas.
El
padre gordo es adorado en su trabajo,
la
envejecida mujer ha renacido, está más hermosa que nunca, ha
cambiado,
el
voluntario regresa a su tierra con su nueva familia,
el
inmigrante es feliz, se acabó la guerra.
El
gordo cabrón muere de un infarto, 
la
mujer de gafas muere por el tabaco abrazada a su marido,
el
voluntario muere defendiendo a su familia de un atracador,
el
inmigrante muere al pisar una mina. 
Los
hijos del gordo cabrón lloran porque son insultados en clase,
la
hija de la mujer de gafas llora porque la llaman “palillo”,
los
hijos del voluntario lloran porque dicen que huelen mal,
los
hijos del inmigrante lloran porque la guerra ha vuelto a empezar. 
Por discípulo de Maestro Sho-Hai... 
 
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