miércoles, 21 de octubre de 2015

Dejavu

Llegan de una tierra bañada en el Mediterráneo.

De una tierra en guerra, donde el fanatismo religioso se ha adueñado de los corazones de los débiles, tergiversando escrituras y aportándoles rifles. Donde se mata en el nombre de Dios y de la nación. Donde se suceden los dictadores, y las luchas entre hermanos.

Llegan de una tierra bañada en sangre.

Europa les mira con soslayo. No quieren que se acerquen a sus fronteras, y los que la cruzan quedan en campos. Otros países occidentales han decidido intervenir, probar sus armas en gente inocente. Son unos perdedores, son unos malditos. No merecen la pena. Y ahora quieren entrar aquí.

Dicen que quieren volver a su país, que la tierra tira tanto del corazón que te acaba arrastrando de vuelta. Que sólo quieren trabajar, que huyen del hambre y la barbarie. Que son personas como nosotros.

Dicen tantas cosas.

Algunos hablan dialectos diferentes a otros. Algunas lenguas son ininteligibles. Supongo que en el fondo son todos iguales. Todos van al mismo saco.

Al de la indiferencia.

Algunos tememos que sean guerrilleros. Que se hayan colado haciéndose pasar por refugiados. Que vendrán a robar lo poco que tenemos. Aquí ya no cabemos. Pero seguirán llegando.



Estos inmigrantes españoles, no hay que fiarse ni un pelo de ellos.


Carlos Pelerowski.

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