Soy
el camaleón 
que
mira en el espejo y se pregunta 
¿y
ahora qué?
El
extintor que caduca
y,
sin vivir,
muere
de viejo.
Ese
papagallo cuyo papá 
de
él se ha olvidado
y
su recuerdo cada día
es
un puñal bien clavado.
Sóc
un català
que
no creu en les fronteres
i
que pensa que la gent
no
és només d'on va néixer.
El
bandido que pide
no
sentirse vacío,
cuando
el gallo canta
porque
el sol está listo.
Alguien
que intenta escribir distinto,
como
si fuese a crear algo parecido
a
Whitman, Ginsberg o Rimbaud.
De
pensar profundo,
apretando
el entrecejo
para
que se pare, 
se extermine
o renazca el mundo.
De
soñar despacio,
no
vaya a despertarme
y
la realidad me tumbe 
con
sus guantes.
De
amar sin límites,
aunque
me cueste la sonrisa
y
las lágrimas que guarde
bajo
la barba y la camisa.
Mas no todo es triste,
tengo
conmigo una luna,
una
familia rota,
felizmente
cosida
y
unos jinetes 
que
no me olvidan.
Sin
dinero en los bolsillos
simplemente
un lobo
falto
de colmillos.
Por Edgar Kerouac.
 
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