miércoles, 14 de octubre de 2015

La cama del león



Soy el camaleón
que mira en el espejo y se pregunta
¿y ahora qué?
El extintor que caduca
y, sin vivir,
muere de viejo.
Ese papagallo cuyo papá
de él se ha olvidado
y su recuerdo cada día
es un puñal bien clavado.
Sóc un català
que no creu en les fronteres
i que pensa que la gent
no és només d'on va néixer.
El bandido que pide
no sentirse vacío,
cuando el gallo canta
porque el sol está listo.
Alguien que intenta escribir distinto,
como si fuese a crear algo parecido
a Whitman, Ginsberg o Rimbaud.
De pensar profundo,
apretando el entrecejo
para que se pare, 
se extermine
o renazca el mundo.
De soñar despacio,
no vaya a despertarme
y la realidad me tumbe
con sus guantes.
De amar sin límites,
aunque me cueste la sonrisa
y las lágrimas que guarde
bajo la barba y la camisa.
Mas no todo es triste,
tengo conmigo una luna,
una familia rota,
felizmente cosida
y unos jinetes
que no me olvidan.
Sin dinero en los bolsillos
simplemente un lobo
falto de colmillos.



Por Edgar Kerouac.




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