jueves, 22 de octubre de 2015

Ella y yo

Ella la cárcel,
yo el preso.
yo, una margarita
sin pétalos,
ella, un jardín
secreto.

Ella la verdad
yo un cobarde,
un mentiroso,
un miserable.

Ella es Venus,
yo no llego a Marte,
ella es un viernes,
yo soy trece, Martes.

Ella una sirena salvavidas
yo un tritón a la deriva.
Y es que es suave como seda
y yo agrietado por miles de penas.

Ella es el paraíso,
es Eva, la manzana, la serpiente,
el aviso.
Ojalá yo fuera Adán,
sólo polvo y paja,
alquitrán,
Nada más.

Ella es el viento
que acaricia suavemente,
yo la tempestad,
ella es calma,
yo un día negro,
tristeza, soledad.

Ella baila para divertirse,
yo para evitar morirme.

Sólo soy un cerebro con mil dudas,
ni la originalidad me cura,
vivo escribiendo garabatos
con los últimos segundos
de la última vida
que le queda al gato.

Ella es el trozo final del pastel
dorada y rica miel,
orilla cristalina del Yucatán,
yo un charco de agua residual.

Ella es la alegría,
yo el escalofrío,
ella la mujer del siglo,
yo sólo soy un lío.

Ella vuela libre
con sus alas de ángel,
yo con la cabeza gacha
evitando tropezarme.

Es la musa,
yo el pincel,
ella la magia,
yo un hooligan
en el Bramall Lane.

Ella es la música,
yo intento seguirle el ritmo,
es Aretha Franklin,
yo el que le limpia
el micro.

Ella diamante puro,
princesa de palacio,
yo bota de vino,
un mendigo en un acuario.

Ella políglota,
yo sólo hablo poesía,
ella es la niña
de zapatos de cristal,
yo Jean-Baptiste
buscando la fragancia esencial.

Ella es la pirámide de Keops
yo un caballo de cartón,
a ella le hacen corro
en los bailes de salón,
a mi me enseñan la hoja
de derecho de admisión.

Ella el amor
yo el enamorado,
el niño que compra globos
y con ella

salir volando.




Por Edgar Kerouac.

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