Hoy todo es oscuro, no obstante, no pierdo la esperanza de que mañana más lo sea, querer y no poder cambiarlo, impotencia cerebral y física, cansado de ver las mismas caras con la misma frustración, hoy no me apetece soñar algo mejor, hoy no quiero escuchar, no quiero el Sol, quiero una lluvia torrencial y revolcarme en pocilgas cual grueso gorrino. Hoy tú no me importas, ni tú, ni tú y, por supuesto, yo tampoco. Más muerto que vivo, es lo que me causa seguir viviendo, fantasmas de carne y hueso me animan a continuar esta dolorosa senda que es la vida. “Tres tristes tigres comieron trigo en un trigal” se cruzaron con una familia de ganaderos y se los comieron, “al trigo que le den por culo” dijeron, maté a aquellos tigres, los abrí, saqué de sus estómagos a aquella familia, me dijeron “gracias”, entonces me los comí. Hoy defecaría sobre esas caras de falsa felicidad, a ver si de este modo ven la cruda realidad, no puedo y no debo sentirme mal ¿por qué?, ¿es que acaso una mueca falsa me hará elevarme por los cielos?, ¿me hará limpiar toda la basura mental que desde dentro me produce arcadas?, ¿hará que esta incertidumbre, capaz de enloquecer al ser más apacible de la faz de la Tierra , se disipé cual corrida por el sumidero?, ¿me proporcionará las respuestas a  preguntas que me martirizan día tras día, noche tras noche, cagada tras cagada?, ¿me sustentará de alimento cuando famélico tenga que hacer cosas contrarias a mis principios, autoviolando mi propio orgullo?, ¿aliviará el dolor que me quema como ácido sulfúrico?, ¿podré mirar al espejo sin remordimientos? Francamente, creo que no, de este modo, me resulta más cómodo quitarme la careta de la hipocresía y mirar al mundo como verdaderamente es…un infierno con muertos vivientes que piensan que siguen estando vivos, intentando actuar como los demás piensan que se debe actuar, dando la apariencia que se debe dar, sintiendo no lo que sienten si no lo que se espera que sientan, ahí me encuentro yo, con unos pocos marginados sin caretas, demostrando mis más sincera y repugnante cara, mis más íntimos y ridículos sentimientos…aunque no siempre consigo quitarme la careta, intentar ser uno mismo es muy doloroso, es muy placentero unirte a la mayoría y sentirte falsamente amado, aunque sea falso proporciona satisfacción y deleite interior, evitar dar tu opinión y amoldarte o directamente incluirte en la opinión general es genial, todo es rosa, pero ese rosa se va evaporando, entrando por tus fosas nasales, pulmones y, una vez dentro, se va acumulando, acumulando, acumulando, hasta que ese precioso rosa va tomando un aspecto nauseabundo, monstruoso, despreciable y entonces explotas, y vuelves a ser el repudiado, el extraño, el incrédulo. Quiero llorar, no siempre las lágrimas salen a la superficie, he estado muchas veces a punto de morir ahogado por mis propias lágrimas, me inundaba interiormente, me asfixiaba, esa sensación de no poder respirar es realmente insoportable. 
Mas cuando un rayo de luz hace hermosa una asquerosa, vulgar y pestilente mierda, pienso…mañana puede, y sólo puede, que sea un buen día. 
Por discípulo del maestro Sho-Hai.
 
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